sábado, 10 de enero de 2015

Ya no más

Es esa presión en el pecho que no te deja seguir la que hace que tenga ganas de ahogarme y no salir a flote.
Lleno la bañera de agua ardiendo necesito limpiarme, me siento tan sucia y tan sola...
La música a tope aunque sinceramente no oigo nada, hundo mi cabeza en el agua y escucho los latidos de mi corazón. Mi respiración. Y es ahí cuando me doy cuenta de que estoy viva. De que algo late en mi. Las lágrimas recorren mi rostro y se mezclan con el agua de la bañera. Con la cuchilla ya preparada busco una nueva zona donde hacer un corte. Las lágrimas pronto cesan. ¿De que me sirve llorar?
De pronto llaman a la puerta del baño, tiro la cuchilla al fondo de la bañera.
Mi padre me pregunta desde afuera ¿estás bien? Y me relajo y contesto que si.
Cuando siento que se ha ido vuelvo a hundirme en el agua.
Respira profundo ¿lo sientes?
Por muchas veces que te hagan daño sigues viva. Por muy vacía que te sientas hay algo dentro de ti.
Busco la cuchilla y digo esta va por vosotros, los que me quereis ver hundida.
Rozo el filo con el dorso de mi brazo y hago un fino corte. Un último fino corte. No sale sangre pero el escozor que siento al mezclase la herida abierta con el jabón me hace sacar una medio sonrisa. Y decirme por fin sé que soy yo. He vuelto.

Un par de horas me sirvieron para darme cuenta de que la cuchilla me ha ayudado pero tengo que empezar a ayudarme yo misma. Por eso decidí asomarme al balcón y tirarla al descampado de enfrente.

Se acabó, ya no más.

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